Por: Doris Donis
Estaba una niña curiosa
viendo un lindo espectáculo
en el jardín de su casa y quedó impactada al notar que era una hermosa danza, ya que la colorida mariposa anaranjada
no dejaba de volar dando vueltas y no paraba.
La niña sólo había observado mariposas de vuelo rápido.
Llegaban al jardín una o más mariposas sobrevolando y luego la mariposa se cerró y se posó en la hoja grande en la que había estado danzando.
Permaneció allí mucho tiempo y la niña creyó que estaba dejando su capullo allí, sin entender sobre su naturaleza.
Al estar allí, la mariposa a la que llamaremos Ilusión, tenía otro color negro con blanco de formas sutiles y maravillosas.
Luego se le dejó por unas horas y al volver ya no estaba.
Al recordar la niña que su abuelita le contaba que en su vivencia y estudio sobre los ángeles, escribió un libro sobre ellos y que una de las formas de sentir su presencia, era al ver mariposas.
Doris Donis
Escritora y poetisa
Tejedora de sueños.
Guatemala 🇬🇹
D.r.a.
Corresponsal de la revista desde Guatemala 🇬🇹
